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Consejos Salud Auditiva

Malos hábitos que afectan a la pérdida auditiva

Cuando pensamos en problemas de audición, siempre los asociamos a personas de edad avanzada. Sin embargo, la pérdida auditiva puede comenzar a gestarse mucho antes. Desde la juventud, las personas debemos concienciarnos de nuestra propia salud auditiva, adquiriendo una serie de hábitos saludables y recomendables que nos ayudará a mantenerla sana tanto en la juventud como en la madurez.

Malos hábitos en la juventud

En la actualidad, cada vez son más los jóvenes que presentan problemas de audición, tanto por pérdida auditiva como por tinnitus. La principal de las razones de dicho problema es el uso indiscriminado e irresponsable de dispositivos de audio o teléfonos inteligentes a niveles de volumen excesivamente altos, cuyo hábito ha pasado a formar parte de su día a día.

Un estudio desarrollado por la Universidad Complutense de Madrid revela que el 80% de los jóvenes utilizan reproductores de audio y un 60% hace uso de ellos en su vida cotidiana. Más del 60% de los participantes reconocía sufrir perdidas de concentración, mientras que un 45% indicaba que necesitaba subir el volumen de la televisión para entender lo que dicen en ella adecuadamente.

Vigila el volumen… y la dieta

Los jóvenes de entre 18 y 44 que escuchan música a más de 110 dB presentan mayor probabilidad de experimentar problemas de audición en el futuro. Sin embargo, no es la única razón que influye en la pérdida auditiva. Comer en exceso puede llevar a los adolescentes a padecer una pérdida auditiva neurosensorial unilateral, siendo posible combatirla con la práctica de deporte y la inclusión en su dieta de alimentos saludables ricos en vitamina C, E, magnesio y betacarotenos. Cabe destacar otro de los riesgos a los que se exponen los jóvenes, como la recepción constante del ruido intenso producido por el tráfico o el propio entorno laboral.

La afición de los jóvenes por escuchar música empleando dispositivos de audio, como auriculares, puede conllevar una multitud de enfermedades infecciosas, tales como meningitis o parotiditis, infección crónica del oído, otitis media, paludismo, traumatismos craneoencefálicos o de los oídos… Por ello, los adolescentes deben concienciarse evitando ciertos hábitos, lugares o situaciones de riesgo o por el contrario tomar las medidas adecuadas que les protejan de los excesos a dichas exposiciones.

La mente también sufre

Además de los problemas físicos que conllevan dichos hábitos en los jóvenes, las consecuencias sociales y emocionales pueden ser extremas, provocándoles carencias a la hora de comunicarse con los demás. Dichos problemas les pueden afectar en su vida cotidiana generando otro tipo de enfermedades como el aislamiento social y la depresión.

Revisiones periódicas

El mejor método de prevención de dichas dolencias que pueden afectar a la población en edades tempranas, es la motivación a realizarse revisiones periódicas que ejerzan control sobre la audición del individuo o en el momento que sientan algún tipo de molestia cortar la exposición al ruido o reducir el volumen.

Con ello, la concienciación de los jóvenes adquiere una importancia capital para evitar males mayores en el futuro, ya que los problemas auditivos pueden afectar a la población a cualquier edad y agravarse con el tiempo. Los jóvenes, por tanto, deberán aportar soluciones en su presente para evitar los problemas del mañana.

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